Cómo lograr tus metas

Cada vez que hacemos el ritual de declarar nuestros deseos para el año, en un papel o en una conversación con nuestros cercanos, lo que finalmente estamos haciendo es decir el cambio que queremos para nuestras vidas. Empieza un año nuevo y ese “re-comenzar” nos imprime fuertes ganas de querer mejorar, avanzar, lograr la concreción de metas y a hacer realidad nuestros sueños.

No importa el desea que tengamos: todos apuntan a uno o más cambios que queremos lograr. Por lo tanto, una de las cosas que necesitamos hacer para que éste (o cualquiera) sea un año diferente, es entender la manera en que tendemos a declarar y enfrentar los cambios.

Todos queremos un cambio, pero no lo hacemos de una forma en que pueda concretarse tal y como lo queremos. Lo fundamental es que el deseo del cambio sea genuino y tenga su origen en un deseo interior profundo. ¿Cuántas personas conocemos que dicen que quieren dejar de fumar, porque saben que les hace daño, pero realmente no quieren terminar con ese hábito? Querer es poder, claro; pero para poder hay que querer de verdad.

El poder personal y del mundo

Para saber qué queremos en realidad es necesario dedicar tiempo a mirarse introspectivamente. En todo el mundo, los especialistas en entrenamiento de liderazgo personal proponen invertir tiempo en auto-conocerse, entender la propia personalidad y superar los miedos para llevar adelante sus deseos.

Existen dos grandes áreas de conocimiento y desarrollo personal que se requieren explorar para conseguirlo: el poder personal, que es la propia fuerza que cada uno tiene para lograr cosas; y la capacidad para desarrollar la intención de que las fuerzas del mundo actúen a nuestro favor.

Si miramos una lista de deseos para este año, nos daremos cuenta de que habrá algunos deseos que nosotros mismos tenemos el poder de concretar. Y también otros sobre los cuales no tenemos ni podríamos tener poder para hacerlos realidad, porque lo tienen otras personas o, en general, lo tiene el mundo que está fuera de nosotros. Para lograr los primeros necesitamos ejercer nuestro propio poder, y para los segundos es requisito aprender a convocar el poder que está afuera, en el mundo.

Para lograrlo, la voluntad no es suficiente. Se requiere de la intención, lo que se logra a partir del desarrollo espiritual a través de una práctica o disciplina. El comienzo de año es un buen momento para que las personas decidan si quieren emprender un camino espiritual que les permita conectarse con el poder que está fuera de sí mismos, y que muchas veces necesitan para alcanzar lo que quieren.

A derribar los miedos

Uno de los fenómenos que disminuye el poder personal es el miedo. Muchas veces se puede declarar el cambio que queremos para nuestra vida, pero si no se resuelve el temor innecesario respecto a lo que se desea, ese cambio puede no llegar a concretarse como queremos. Es un trabajo que requiere el desarrollo de la voluntad, que es una dimensión humana fundamental que debe desarrollar cada persona.

Para alcanzar el bienestar integral, reconocer nuestros propios miedos no debe quedar fuera de las tareas a abordar para conseguir lo que queremos.

El inicio de año es un buen momento para definir, además de las metas que deseamos alcanzar, cuáles son los miedos innecesarios que pueden obstaculizar el proceso de avance para lograrlas. Y también para pedir acompañamiento, si es que una persona tiene dificultades para identificarlos o para resolverlos.

Después de reconocerlos es necesario hacerles frente, dimensionarlos, definir estrategias y trabajar insistentemente hasta conseguir derribarlos. Dado este paso, la distancia que queda para alcanzar las metas se hace más corta y alcanzable.

Alcanzar los objetivos

Para lograr los objetivos que te propones tienes que desarrollar:

1. La motivación: tiene que ser de tipo intrínseco, es decir, partir dentro de tu corazón o de tu razón. Es condición necesaria querer de verdad algo y lograr visualizarlo.

2. El deseo: lo que te propongas debes desearlo con toda la fuerza posible. La ley del deseo es otra condición necesaria, aunque no suficiente por sí sola.

3. La acción: Tener un motivo y desearlo no nos lleva a lograrlo si no desplegamos un plan de acción. Hay que ponerse manos a la obra y comenzar a trabajar a diario.

Los pasos para alcanzar tus sueños

• Hacer un cronograma realista de plazos

• Graduarlo en términos de logros intermedios que se requieren para alcanzar lo que se busca

• Incluir indicadores claros y observables, que permitan darse cuenta si se está avanzando en el logro del objetivo.

• Considerar lo que se debe hacer y las ayudas que puedan requerirse en el camino.